Si tienes algún ahorro o contratar préstamos financieros, el interés juega un papel importante en tus transacciones. Este es la cantidad de dinero que se cobra o paga por un préstamo o depósito, y puede ser calculado de dos maneras: simple o compuesto.
Estos son conceptos de gran importancia que es muy conveniente conocer, sobre todo si lo que estás buscando es aumentar tu educación financiera para poder mejorar tus finanzas personales.
Interés simple
El interés simple es la forma más sencilla de calcular los intereses. Si prestas una cantidad de dinero a una tasa de interés simple del 5%, por ejemplo, el dinero que ganarás será siempre el mismo monto cada año. Es decir, si prestaste $1000, el interés anual será de $50 durante 5 años, y se te pedirá que devuelvas $1000 + $250 en intereses al final de ese tiempo.
El interés simple también se emplea en otras situaciones económicas como la renta de locales comerciales o la renta de vehículos y se calcula en base al plazo de tiempo en que se genera el ingreso.
El problema con los intereses simples es que, si bien son fáciles de calcular, también pueden limitar tus ganancias, porque no tendrás máxima rentabilidad por tus inversiones a largo plazo.
Interés compuesto
El interés compuesto es un poco más complejo que el simple, pero también puede generar mayores rentabilidades en el largo plazo. En vez de calcular el interés anual como una cantidad fija, este calcula el interés sobre la cantidad original de dinero y cualquier otro que se haya acumulado.
Por ejemplo, si depositas $1000 en una cuenta de ahorros que gana un interés compuesto al 5% al año, al final del primer año tendrás $1050. Sin embargo, el segundo año, este se calculará no solo en el monto original de $1000, sino también los intereses ganados en el primer año ($50).
Por lo tanto, tendrás $1,102,50 al final del segundo año, y así sucesivamente. A lo largo del tiempo, los intereses compuestos puede generar un crecimiento exponencial en tus ahorros.
¿Cuál es la mejor opción para tus ahorros?
A pesar de que el interés compuesto puede generar mayores beneficios en el largo plazo, el simple también puede ser útil en algunas situaciones, como en préstamos a corto plazo.
En el caso de que solo estés prestando o ahorrando por un período corto de tiempo, el simple puede ser más sencillo y fácil de calcular. Por otro lado, si estás ahorrando o prestando por un período de tiempo prolongado, como en el caso de ahorros para la jubilación, el compuesto puede ser más beneficioso para ti.